Las antiguas masías catalanas de nuestros ancestros anhelaban la llegada del progreso y la evolución hacia las grandes ciudades. Pero despertarse y contemplar las vistas de Montserrat no tenía precio. Ahora tenemos ese progreso que evoluciona exponencialmente pero disfrutar estas vistas diariamente ya no es posible.
El ser humano es el máximo estado de evolución de la vida en nuestro mundo actualmente. La vida es un estado intermedio de la evolución de la materia y esto sólo es el principio. Somos uno de los vectores y gestores de la vida en este universo. Pero, ¿cuándo empezamos? Empecemos por lo cotidiano para llegar a las estrellas...
lunes, 7 de febrero de 2011
Turó Roig
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