Antoni Gaudí siempre respetó los árboles preexistentes en el parque Güell durante las obras de urbanización de la ciudad jardín. Incluso este misterioso garrofer o algarrobo que quedaba enmedio de un viaducto, haciéndolo crecer en posición inclinada. Es curioso como el recuerdo de este gran arquitecto queda incluso en los árboles que han conseguido conservar y adorar a lo largo de los años mezclados en harmonía con su obra.
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