Estudiar los ciclos que nos acontecen nos permite tener previsiones de los sucesos que pueden suceder en determinados momentos del año aproximadamente, y muchas veces puede que hasta salvemos nuestras vidas. Sin embargo, en esta sociedad actual, que cada vez tiene más información, está más automatizada, más protegida, perdemos este sentido o instinto de saber por ejemplo, cuando florece un almendro. Hacemos el mundo para nosotros, a nuestra medida, y las preocupaciones de antaño las resolvemos cada vez más automáticamente o bien quedan destinadas a un trabajo en cadena de un pequeño sector social.
Quizá por eso nacemos indefensos, gracias a que todos somos un engranaje del motor de Gaia. Donde estoy yo?
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