Los días de furia en muchas ocasiones pensamos que no nos conducen a nada, pero conseguimos lograr objetivos con ese excesivo derroche energético? Canalizar nuestra agresividad en metas que nos proponemos pueden ayudarnos a ser mucho más felices, logrando nuestra autosuperación y sin enfadarnos ni frustrarnos con nosotros mismos. Sería igual como cuando tenemos una mala mar que desencadena un gran y violento oleaje que en sí produce la renovación de nuevos nutrientes elementales marinos. Luchar por nuestra superación forma parte de este engranaje dinámico que es la vida. Si tienes un día de furia, no derroches esa energía, utilízala en tus propósitos intentando dominar tu mecanismo.
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