miércoles, 6 de julio de 2011

Sumergidos

La economía europea y la española en concreto no está pasando un buen momento. Los intentos de globalización han supuesto grandes esfuerzos a un país que ha arrastrado su autosuficiencia a la dependencia de las grandes industrias que buscan suelo barato y mano de obra esclavizada.

Las fugas de cerebros españoles al extranjero hacen aumentar la decadencia de esta situación, conviertiendo a nuestro país dependiente totalmente del exterior, con tasas de paro elevadas, con titulados superiores realizando tareas que en antaño no requerían estudios.

Para pensar globalmente debemos actuar localmente. Aumentemos las posibilidades de nuestro país para que sea autosuficiente a nivel de todas las gestiones. El comercio interior debe ser fuerte. No convirtamos el agua en arena del desierto para navegar.