martes, 13 de julio de 2010

Olea europaea, Olivera, Olivo de la Rambla del Corró d'Avall (Les Franqueses del Vallès)



Sirviendo durante centenares de años al hombre, el olivo ha sido el fiel sirviente de las diferentes generaciones sucesivas de los pobladores de la península ibérica. No sólo ofreciendo el oxígeno que respiramos, sus ramas con sus hojas que simbolizaban la victoria, o su madera, sino su muy valorado oro verde u oro español. Todo a cambio de un bajo precio, por su capacidad para aguantar la sequía y su perfecto amolde a la mano del hombre tradicional. Para mí este monumento significa la coevolución de esta especie con nosotros, que deriva en el máximo respeto por los árboles, que han sufrido muchos años por entregarnos toda su vida para mantener la nuestra.

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