martes, 1 de febrero de 2011

mandrillus leucophaeus



Viendo este macho de dril, su presencia territorial poco amigable mantiene a raya a cualquier animal que ose aventurarse en los terrenos de su soberanía, quedándose a resguardo en una distancia prudente. Es curiosa la sensación que transmite subjetivamente, cuando se observa a sí mismo el anverso y reverso de su mano, de una forma en apariencia racional, quizá cuestionándo su existencia hacia sus adentros.

No hay comentarios: