viernes, 22 de julio de 2011

Mi Annibal Lecter

Me despierto en las tierras que rodean una masía, cuando observo a mi lado a Annibal Lecter escondido detrás de un fresal que se enfila por una de las columnas del patio de la masía.

-¡Silencio! me dice mirándome con los ojos cristalinos.

Giró la cabeza para observar entre las matas a un hombre gordo, alto y sucio que tenía un machete en la mano izquierda. Buscaba a alguien para hacerle pupita. Enseguida me di cuenta que buscaba a Annibal al verle otro machete igual envainado en la correa del pantalón.

-Y tu cuchillo? le dije pensando en cuál era su posible estrategia.

- Mira mi cuchillo.

Su machete era flexible como si fuese de juguete.

- ¿Para qué lo llevas entonces? le pregunté.

- Me lo recomendó mi psiquiatra para que mis desahogos fuesen inofensivos...

- Ya...le dije totalmente acojonado.

Annibal seguía comiendo fresas mientras controlaba a su perseguidor, que sudaba una y otra vez, mientras daba machetazos a los matorrales y los cultivos del huerto. Desmoralizado, se guardó el machete en la funda del cinturón.

De repente nos vio, y me Annibal me dijo:

-¡Corre!

Por suerte, ese hombre no tenía cintura y le pasamos por detrás huyendo hacia la puerta principal del terreno.

Pero el hombre gordo corría mucho, y nos alcanzó.

-¡Ya me enfrento a él! - Me dijo Annibal entusiasmado.

- No, entiendo - Pensé en voz alta. ¡Si tiene un machete de juguete!

El gordo se rió porque al parecer lo sabía. Pero no se rió tanto cuando rebanó su barriga y empezó a caer todo tipo de visceras. En un entorno sangriento Annibal iba rebanando un poco de carne y comiendo mientras se desangraba el amigo y me miraba riendo sarcásticamente.

- En algunos momentos, el pez chico se come al grande. Me dijo satisfecho de su hazaña.

Huí corriendo de aquél lugar entre sus carcajadas pensando en que no le diera por probar su exquisito plato de sesos vivos...

Suerte que pude despertar...

No hay comentarios: