Fui a casa de mi padre para ayudar y sanar unas heridas de una operación que le realizaron. En la cocina, iba a poner al fuego una olla de cocido, cuando de repente los mandos de los fogones se abrían solos para dar gas a tope.
Los volví a cerrar, pero nuevamente dieron gas. Noté como una presencia maligna. Los volví a cerrar y le pregunté:
- ¿Qué coño quieres?
De repente se apareció el fantasma de una compañera de trabajo con la que me llevo especialmente mal.
- Necesito que apuntes este número de vuelo y que mañana me avises que no tome ningún avión en las vacaciones.
Cuando desperté sólo recuerdo que el vuelo contenía las letras ZW o WZ...
Por la mañana la vi, pero no dije nada. Casualmente al dia siguiente envió el mail de vacaciones.
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